Este espacio, es un sitio abierto a aquellas mentes interesadas en las palabras de viejos poetas no reconocidos, de hombres afectados por estrofas exaltadas y odiadas de escritores malditos, que creen en quimeras y reviven viejos mitos, abriendo nuevos caminos… Entre sueños perdidos y alegrías truncas hallaron refugio tanto en el dolor como en la fantasía.
A ustedes os digo… sean bienvenidos a este espacio nocturno de ángeles sin alas y demonios sin sueño… sean bienvenidos al infierno mal llamado realidad. ¡Aquí todo es posible!, aun el descrédito de considerarnos poetas…

miércoles, 5 de enero de 2011

Charles Baudelaire - La Metamorfosis del Vampiro:


La dama, entre tanto, de su labios de fresa
estremeciéndose como una serpiente entre brasas
y amasando sus senos sobre el duro corsé,
decía estas palabras impregnadas de almizcle:
Son húmedos mis labios y la ciencia conozco
de perder en el fondo de un lecho la conciencia.
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.
y hago sonreír a los viejos con infantiles risas.
Soy para quien sepa contemplarme desvelada,
la luna, y soy el sol, el cielo y las estrellas.
Yo soy, mi amado sabio, tan docta en los deleites,
cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos,
o cuando a los mordiscos abandono mi busto,
tímida y ligera y frágil y robusta,
que en esos cobertores que de emoción se rinden,
impotentes los ángeles se perdieran por mí.

Cuando hubo succionado de mis huesos la médula
y muy lánguidamente me volvía hacia ella
A fin de devolverle un beso, sólo vi
rebosante de pus, un cáliz pegajoso.
Yo cerré los dos ojos con helado terror
y cuando quise abrirlos a aquella claridad,
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí
que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
en confusión chocaban fragmentos de esqueleto,
De los cuales se alzaban chirridos,
como los de una agria e infernal veleta,
o los de un cartel, al cabo de un vástago de hierro,
que acaricia el viento en las noches de invierno.


Charles Baudelaire.

No hay comentarios:

Publicar un comentario